jueves, 3 de mayo de 2012

Marino Pastor Neyra

Juan Rodríguez Jara

Un viernes santo dejaste tu Piscobamba,

mientras ardían los cirios en el Gólgota.

Tus pasos cadenciosos se guardaron

en verdes saucos que siempre saludaron.

El reloj de tu aliento se quedó en oración.

acompañando al nazareno en cruces.

En tu último viaje a Lima compartimos

la tertulia del mapa cultural Ancash:

allí sembraste en forestación la nación.

Desde el eucalipto de la plaza de armas

hasta el Tsakpaa menudo de Cachipampa,

llenaste de gueshgue y kiswar a Pucashiraca.

En el recordado Andaymayo se rasgó

tu sudario de tus adioses, para elevarse

al cielo en eterna redención de tu existencia.

Ahora quedó tu mesa llena de tus versos,

cantados al amor, al alma, a la planta

a la vida que tanto amamos y guardamos.

Tu ejemplo permanecerá en el tiempo

tu agenda de suspiros en multiplicación.

Nuestra nueva tertulia será en el cielo,

donde dibujarás poemas de la ecología

y las plantas nativas de la tierra adentro.

¡Hasta luego, amigo, Marino Pastor Neyra!

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