sábado, 17 de marzo de 2012

La narrativa modernista en Ancash - Armando Arteaga

XVI Encuentro de Escritores y Poetas de Ancash
“Julio Cesar Pozo Cueva”
Marca-Recuay-Ancash-Perú.
26-27-28 - septiembre 2008

Ponencia: La narrativa modernista en Ancash
Ponente: Armando Arteaga

Desde el lado más remoto de la historia, la Región Ancash es dueña de una increíble riqueza literaria, pero no descubierta aún por estudiosos del tema y menos por sus nuevos posibles lectores. La literatura en Ancash es bilingüe: en quechua y en castellano.
Las narraciones épicas nos han dejado en la tradición oral personajes como “Ichic Ollco”, “Katekilla”, y el “Warakuy”, seres mitológicos andinos, que están en el imaginario popular, toda una cosmogonía llena de una fantástica belleza, de mitología, y de magia. Arguedas recogió en Vicos un mito quechua poshispánico sobre el origen del hombre contado por un anciano: el mito de Adaneva.
La “tradición” literaria ocupó también el interés de varios escritores ancashinos, desde el maestro Ricardo Palma que dedicó un episodio ubicados en la Villa de San Idelfonso de Caraz: “Las tres etcéteras del Libertador”, y “A muerto me huele el godo”: un caso cuasi policial sucedido en Huaylas.
En la apertura de la “modernidad”: Huaraz va a ser centro de irradiación cultural nacional y cosmopolita donde se da gran actividad periodística y literaria. Después de la frustración de la Guerra del Pacifico y del momento agitado que animó la presencia literaria del anarquismo de Manuel González Prada.
Nuevos aires buscaron las inquietudes literarias de la nueva generación que tuvo en “la Juventud
de Ancash”, una visión diferente de las cosas y del tema literario.
1888 es un año clave para entender este proceso de apertura literaria no solo en la poesía sino también en el cuento modernista, se publica este libro “raro” llamado “Azul” de Rubén Darío, sumo pontífice del “Modernismo Literario en Hispanoamérica”.
Antonio Cornejo Polar en “Literatura en el Perú Republicano” (1981) describe en buena parte este momento literario, que no siempre llegó tardío al país: “Frente al desaliño o cortedad imaginativa de los costumbristas o realistas, frente a la instrumentalizad manifiesta de sus obras, los cuentos modernistas se postulan -primariamente- como obras de arte y proyectan para sí y sobre otras manifestaciones prosísticas una jerarquía que hasta entonces parecía exclusiva de la poesía. De otra parte, en oposición al imperio indiscutido del referente en la narrativa interior, y a su consecuente afán mimético, el cuento modernista privilegia las categorías imaginarias e inserta en ellas la realización de su condición estética. También en contradicción con las normas hasta entonces vigentes, el cuento modernista peruano gusta romper los límites de la alusión nacional, a veces cerradamente regional, para intentar una universalización que en algunas ocasiones se tergiversa en un artificioso cosmopolitismo. La suma de estas notas hace ver que entonces se realiza una profunda renovación de trascendencia indiscutible, en un sector capital de la literatura del Perú”.
La apertura literaria descuento modernista en Ancash empieza con la ruptura de la descripción impresita de la “tradición” como género literario para entrar en una propuesta de mayor capacidad descriptiva de la realidad,, y con un aporte técnico literario de mayor nivel significativo, cuando el cuento asume indiscutible calidad artística y literaria.
Justo Fernández en su ensayo “Los valores de la literatura en Ancash” (1962), y en su “Antología de Cuentistas de Ancash” (1948): que es el más remoto esquema de estudio de la narrativa ancashina, propone una reflexión acertada sobre el desarrollo de esta narrativa. Es la primera actitud “critica” sobre el asunto para ordenar un estudio serio sobre el cuento en Ancash, aún sin distinguir tendencias ni escuelas.
Otro aporte –aparte- que merece reconocimiento, aunque es algo más tardío, es la propuesta de Mauro G. Mendoza u su “Ancash:
Tradiciones y Cuentos” (1958), pero que ayuda a precisar y a estudiar con mayor rigor este panorama de la narrativa ancashina donde se expresa esta tendencia de la narrativa modernista.
Con Celso V. Torres empieza la espontánea “modernidad” de esta “narrativa modernista” en Ancash, introduciendo el planteamiento de las matemáticas y la contabilidad mercantil en la narrativa. Celso V. Torres n. en Huaraz (1859-1918). Amigo y asistente literario de Ricardo Palma, mantuvo una relación epistolar con el tradicionalista. Publicó: tradición, cuento y poesía, además de ejercer el periodismo. Su producción literaria se encuentra esparcida en las olvidadas páginas de “La Prensa de Huaylas”.
Víctor Manuel Yzaquirre n. en Huaraz (1863-1897). Publicó su libro “Fuego Graneado” (1892). Escribió con el seudónimo de “Gambeta” y publicó en la revista “La Juventud en Ancash”, tiende al costumbrismo y al regionalismo. Yzaquirre abre camino hacia la modernidad dentro de la literatura ancashina, es un minucioso observador de su tiempo.
“Fuego Graneado”, o sus diez novelas cortas de costumbres, tienen un valor documental y de desarrollo pictórico dentro de sus escenas literarias.
Aurelio Arnao n. en Huaraz (1868-1940). Escribió: cuentos, novelas, cronicones. Destaca sobre los demás, su libro: “Cuentos Peruanos” (1939).
Aurelio Arnao es un diestro narrador y maestro de la narración terrorífica en el Perú. Nadie como él ha llegado tan lejos en los atributos de este genero de ficción tan moderno y cosmopolita.
José Ruiz Huidobro n. en Vicos-Carhuaz (1885- 1945). Publicó: poesía, cuento, novela: “Sendas Inholladas” (1917), “Aquel Panfletario” (1926), e “Historia de un dolor” (novela). Huidobro despierta los primeros instantes de aquel impulso urbanístico-narrativo de la ciudad de
Huaraz, otra apertura sincera hacia la modernidad.
Ladislao F. Meza n. en Huaraz (1893- 1925). Escribió: cuentos, teatro, novelas, e hizo periodismo en Lima y Ancash. Publicó en “El Comercio” y en “El Tiempo”. Entre sus libros recordados tenemos: “Maria Soledad” (1924), “Vidas Grises” (1925), algunos de sus destacados cuentos se publicaron en la revista “Mundial”. Periodista, dramaturgo, comediógrafo, fue un escritor de particulares cualidades literarias: superó los límites del regionalismo. Puso en escena obras como: “El Tablado de los Miserables”, y “La Ciudad Misteriosa”.
José Manuel Tapia n. en Huaraz (1869-1909), profesor de matemáticas, fue un émulo narrador. Su obra está desperdigada en periódicos y revistas de Lima, Huaraz y Tacna. Publicó en la revista “La Neblina” de Chocano.
Se puede incluir también en esta reseña los nombres de autores a posteridad de la ínfula literaria modernista en Ancash, ellos son: J. Eugenio Garro (n. en Chiquian ¿-?), Alejandro Tafur Prado (n. en Huaraz 1901-?), David T. Yzaguirre (n. Huaraz. 1907-?), Octavio Araya Soto (n. en Huaraz ¿-?), Teofilo V. Méndez (n. en Huaraz 1895- 1954): escribió cuentos fantásticos a la manera de E.A. Poe, y Antonio Alba Barrenechea (n. en Huaraz, 1895-1954): tal vez el más modernista por su libre ornamento, y literariamente hablando, de todos los modernistas ancashinos.
Bibliografía:
-José María Arguedas: “Mitos Quechuas Pos-hispánicos”. Amarú: Revista de Artes y Ciencias. UNI. N-3. Lima, Julio-Septiembre, 1967. -Pbro. Santiago
Márquez Zorrilla: “Huari y Conchudos”. Monografía. Segunda Edición. 1965.
-Marcos Yauri Montero: “Ganchiscocha”. Talleres Gráficos P.L.Villanueva, Lima, 1961.
-Marcos Yauri Montero: “Warakuy, Nuevas Leyendas Peruanas”.Imp. Minerva, Lima, 1967.
-Marcos Yauri Montero: “Ancash o la Biografia de la Inmortalidad” P.L. Villanueva, Lima, 1972.
-Antonio Cornejo Polar: “Historia de la Literatura del Perú Republicano” Editorial Juan Mejia Baca. 1981.
-Justo Fernández: “Antología de la Tradición y la Leyenda Ancashina”.Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1945.
-Justo Fernández: “Antología de Cuentistas Ancashinos”, Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1948.
-Mauro G. Mendoza: “Ancash: Tradiciones y Cuentos”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Félix Álvarez Brun: “Ancash Histórico”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Aurelio Arnao: “Cuentos Peruanos”.Empresa Editorial Rimac. Lima, 1939.
-Alfonso Ponte González: “allá sobre los Andes”. Cuentos. Imprenta Rimac. Lima, 1952.
-Ernesto Reyna: “El Amauta Atusparia, la sublevación indígena en Huaraz en 1885. Lima. Editorial Minerva. 1930.
-Alberto Carrillo Ramírez: “Luís Pardo “El Gran Bandido””. Lima, 1967.
-Artemio Ángeles Figueroa: “Yungay Tierra Mía”. Talleres Gráficos de la Tip.
“L Ferrocarril”. Lima-Perú. 1954.
-Francisco González:
“Huarás, visión integral”. Ediciones Safari, Huarás-Perú. 1992.
-Alberto Gridilla:
“Huaraz o apuntes y documentos para la historia de la ciudad”. Huaraz. Tipografía “La Época”, 1933.
Armando Arteaga
ITECA:
Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina-Amazonia.
Email: artenupe@yahoo.es

jueves, 1 de marzo de 2012

En el aniversario de Ancash (2012), el congreso de la República, premió a sus mejores intelectuales

Por: Áureo Sotelo, vicepresidente de AEPA.

El 28 de febrero del presente será inolvidable para los 18 intelectuales seleccionados de nuestro departamento, porque por una feliz iniciativa del Mg. José Antonio Salazar, actual Director del Ministerio de Cultura, filial Ancash y de los congresistas ancashinos Freddy Otárola y Modesto Julca, se acordó rendirle un homenaje a nuestro departamento y dentro de ella a los mejores intelectuales ancashinos con un programa especial.
Primera parte.- Saludo de los mencionados congresistas, mostrando su preocupación por el uehacer de nuestro departamento, pero, dejándonos una ingrata sensación, de que siendo legisladores de la nación, no tienen injerencia, menos control alguno en las actividades del Presidente de la Región Ancash, que actúa como una isla, mejor digamos como una reyecía, a su libre albedrío, sin que nadie ose pedirle cuentas. ¡Ya pues señores del Congreso, ustedes han sido nombrados para legislar!. El poeta José Antonio Salazar saludó este magno acontecimiento y la conferencia de fondo estuvo a cargo del investigador chimbotano Víctor Unyén, también uno de los homenajeados, que presentó su libro “Ancash un viaje por la historia”, fue una disertación excelente, digna de esta fecha, de ese recinto y de ese público; de una oratoria digna de un Jorge Basadre.
Segunda parte. De inmediato se hizo presente el arte, en que puso la nota alegre el mismísimo José Antonio cantando y tocando la guitarra.
En la tercera parte se inició la premiación: El historiador Augusto Alva Herrera, de Caraz, incansable estudioso de nuestro departamento bajo el slogan ciceroniano: la historia es “Magistra vitae”; el historiador Reyna Loly, de Huaraz, que con la preocupación de un Homero nos ha dejado páginas inolvidables para conocer mejor a nuestro departamento y al país; Filomeno Zubieta, de Chiquián, historiador y promotor cultural, cuyo centro de operaciones es la
universidad de Huacho, como discípulo de Emilio Romero, pone a su Bolognesi en la cima de sus preocupaciones; Roberto Aldave, de Chiquián, paisano de Luis Pardo, el patriota rebelde, del “espejito del cielo”, epígrafe de su talento creador, el Sergei Eisenstein de Chiquián y AEPA, cuyos documentales han colocado a su tierra en la preferida para el turismo; Wilfredo Kapsoli, de Pomabamba, es nuestro Luis Valcárcel ancashino, que destaca con luz propio no sólo en Ancash sino en el país entero, forma parte de lo que podríamos llamar el parnaso de los historiadores peruanos; Joel Ramírez, de Yungay, que como su maestro Ricardo Palma es un excelente bibliotecólogo, que lucha para que en cada pueblo haya una buena biblioteca, más aún ahora en que la gente se resiste a leer; Rosa Cerna, de Huaraz, es nuestra exquisita poeta especialmente de los niños, que en aras de la imaginación nos hace volar montado en nuestro cóndor cordillerano, conociendo la grandeza de nuestro departamento y del país; Oscar Colchado, de Huallanca, (o de
Chimbote), es discípulo de Arguedas y Eguren, que en compañía de su “cholito”, nos hace pasear por las cordilleras, mesetas andinas y puertos de Ancash, hasta que “la locas ilusiones” lo llevan a La Capital y al Perú entero. Oscar y su Cholito visitan los vericuetos de nuestro territorio con sonrisas y alegrías; Félix Alvarez Brum, de Pallasca, geógrafo, experto en glaseares y cordilleras como la suprema riqueza de nuestra patria, sigue luchando para que por muchas centurias más sigamos extasiándonos frente a la maravilla del Alpamayo y de nuestros nevados, porque el “calentamiento global”, nos amenaza día a día; Elías Mejía, de Huaraz, que en la UNMSM, bajo el
slogan de Encinas: “El más alto cargo que un ciudadano puede ejercer en una sociedad democrática es el de ser maestro”, ha convertido a esa universidad como el centro de sus investigaciones pedagógicas, siempre con una alegre sonrisa; Walabonzo Rodríguez, es de Llamellín, es el émulo de Compayre, gigante de la pedagogía allá por las décadas del 70 al 80, cuyos libros eran de lectura obligada para los futuros maestros; César Angeles caballero, de Caraz, ese gigante de conocimiento panorámico, que ha publicado tantísimos libros, incluyendo el Pisco peruano, rector como lo fue Pulgar Vidal, de varias universidades, es el verdadero maestro de la erudición; el obispo Luis Bambarén, de Yungay, cuya sapiencia y talento siempre está a flor de piel, al extremo que hasta los agnósticos, gracias a él admiramos la obra de Dios, de
los sacerdotes, que es diferente al cristianismo inquisidor que merodea por algunas universidades, él es un sacerdote impecable, por eso todos los ancashinos y peruanos lo admiramos y seguimos; La Princesita de Yungay, cuya voz y personalidad incomparable, nos recuerda que ella pertenece a aquel grupo maravilloso de cantantes y compositores de las décadas de oro (del 40 al 80) de la música ancashina encabezado por Jacinto Palacios y Pastorita Huaracina, ella es de las pocas joyas que recorre nuestro departamento, el Perú y el mundo entero; Elmer Huerta, de Recuay, es un médico famoso que no necesita ninguna presentación; Erik Antúnez de Mayolo Rinning, de Aija, el famoso investigador de la nutrición en el Imperio Incaico y descubridor, entre otras cosas, del Sachainchi, que hoy en día ha revolucionado la farmacopea mundial, porque es el único producto conocido que estimula las neuronas, los árboles de nuestra selva están contentísimos con él, porque el hombre de la selva en vez de talarlos ahora prefiere cosechar sus frutos frente a la demanda mundial; Aureo Sotelo, de Aija, es dramaturgo, biógrafo, narrador y compositor.
AGRADECIMIENTOS. Todos los homenajeados, la gran mayoría miembros de AEPA (Asociación de Escritores y Poetas de Ancash), agradecemos la brillante iniciativa de José Antonio Salazar y de los Congresistas mencionados, esperando que estas actividades SE ENRIQUEZCAN y se repitan; es la única forma, entre otras, de enriquecer nuestra autoestima.
NOTA ESPECIAL.- Siempre cuando se escriben semblanzas se cometen omisiones involuntarias, por tanto les pido que me lo hagan conocer, porque ya nuestro amigo Feliciano me lo ha pedido para publicarlo en el próximo número de la revista “Perú Ancash”.