XVI Encuentro de Escritores y Poetas de Ancash
“Julio Cesar Pozo Cueva”
Marca-Recuay-Ancash-Perú.
26-27-28 - septiembre 2008
Ponencia: La narrativa modernista en Ancash
Ponente: Armando Arteaga
Desde el lado más remoto de la historia, la Región Ancash es dueña de una increíble riqueza literaria, pero no descubierta aún por estudiosos del tema y menos por sus nuevos posibles lectores. La literatura en Ancash es bilingüe: en quechua y en castellano.
Las narraciones épicas nos han dejado en la tradición oral personajes como “Ichic Ollco”, “Katekilla”, y el “Warakuy”, seres mitológicos andinos, que están en el imaginario popular, toda una cosmogonía llena de una fantástica belleza, de mitología, y de magia. Arguedas recogió en Vicos un mito quechua poshispánico sobre el origen del hombre contado por un anciano: el mito de Adaneva.
La “tradición” literaria ocupó también el interés de varios escritores ancashinos, desde el maestro Ricardo Palma que dedicó un episodio ubicados en la Villa de San Idelfonso de Caraz: “Las tres etcéteras del Libertador”, y “A muerto me huele el godo”: un caso cuasi policial sucedido en Huaylas.
En la apertura de la “modernidad”: Huaraz va a ser centro de irradiación cultural nacional y cosmopolita donde se da gran actividad periodística y literaria. Después de la frustración de la Guerra del Pacifico y del momento agitado que animó la presencia literaria del anarquismo de Manuel González Prada.
Nuevos aires buscaron las inquietudes literarias de la nueva generación que tuvo en “la Juventud
de Ancash”, una visión diferente de las cosas y del tema literario.
1888 es un año clave para entender este proceso de apertura literaria no solo en la poesía sino también en el cuento modernista, se publica este libro “raro” llamado “Azul” de Rubén Darío, sumo pontífice del “Modernismo Literario en Hispanoamérica”.
Antonio Cornejo Polar en “Literatura en el Perú Republicano” (1981) describe en buena parte este momento literario, que no siempre llegó tardío al país: “Frente al desaliño o cortedad imaginativa de los costumbristas o realistas, frente a la instrumentalizad manifiesta de sus obras, los cuentos modernistas se postulan -primariamente- como obras de arte y proyectan para sí y sobre otras manifestaciones prosísticas una jerarquía que hasta entonces parecía exclusiva de la poesía. De otra parte, en oposición al imperio indiscutido del referente en la narrativa interior, y a su consecuente afán mimético, el cuento modernista privilegia las categorías imaginarias e inserta en ellas la realización de su condición estética. También en contradicción con las normas hasta entonces vigentes, el cuento modernista peruano gusta romper los límites de la alusión nacional, a veces cerradamente regional, para intentar una universalización que en algunas ocasiones se tergiversa en un artificioso cosmopolitismo. La suma de estas notas hace ver que entonces se realiza una profunda renovación de trascendencia indiscutible, en un sector capital de la literatura del Perú”.
La apertura literaria descuento modernista en Ancash empieza con la ruptura de la descripción impresita de la “tradición” como género literario para entrar en una propuesta de mayor capacidad descriptiva de la realidad,, y con un aporte técnico literario de mayor nivel significativo, cuando el cuento asume indiscutible calidad artística y literaria.
Justo Fernández en su ensayo “Los valores de la literatura en Ancash” (1962), y en su “Antología de Cuentistas de Ancash” (1948): que es el más remoto esquema de estudio de la narrativa ancashina, propone una reflexión acertada sobre el desarrollo de esta narrativa. Es la primera actitud “critica” sobre el asunto para ordenar un estudio serio sobre el cuento en Ancash, aún sin distinguir tendencias ni escuelas.
Otro aporte –aparte- que merece reconocimiento, aunque es algo más tardío, es la propuesta de Mauro G. Mendoza u su “Ancash:
Tradiciones y Cuentos” (1958), pero que ayuda a precisar y a estudiar con mayor rigor este panorama de la narrativa ancashina donde se expresa esta tendencia de la narrativa modernista.
Con Celso V. Torres empieza la espontánea “modernidad” de esta “narrativa modernista” en Ancash, introduciendo el planteamiento de las matemáticas y la contabilidad mercantil en la narrativa. Celso V. Torres n. en Huaraz (1859-1918). Amigo y asistente literario de Ricardo Palma, mantuvo una relación epistolar con el tradicionalista. Publicó: tradición, cuento y poesía, además de ejercer el periodismo. Su producción literaria se encuentra esparcida en las olvidadas páginas de “La Prensa de Huaylas”.
Víctor Manuel Yzaquirre n. en Huaraz (1863-1897). Publicó su libro “Fuego Graneado” (1892). Escribió con el seudónimo de “Gambeta” y publicó en la revista “La Juventud en Ancash”, tiende al costumbrismo y al regionalismo. Yzaquirre abre camino hacia la modernidad dentro de la literatura ancashina, es un minucioso observador de su tiempo.
“Fuego Graneado”, o sus diez novelas cortas de costumbres, tienen un valor documental y de desarrollo pictórico dentro de sus escenas literarias.
Aurelio Arnao n. en Huaraz (1868-1940). Escribió: cuentos, novelas, cronicones. Destaca sobre los demás, su libro: “Cuentos Peruanos” (1939).
Aurelio Arnao es un diestro narrador y maestro de la narración terrorífica en el Perú. Nadie como él ha llegado tan lejos en los atributos de este genero de ficción tan moderno y cosmopolita.
José Ruiz Huidobro n. en Vicos-Carhuaz (1885- 1945). Publicó: poesía, cuento, novela: “Sendas Inholladas” (1917), “Aquel Panfletario” (1926), e “Historia de un dolor” (novela). Huidobro despierta los primeros instantes de aquel impulso urbanístico-narrativo de la ciudad de
Huaraz, otra apertura sincera hacia la modernidad.
Ladislao F. Meza n. en Huaraz (1893- 1925). Escribió: cuentos, teatro, novelas, e hizo periodismo en Lima y Ancash. Publicó en “El Comercio” y en “El Tiempo”. Entre sus libros recordados tenemos: “Maria Soledad” (1924), “Vidas Grises” (1925), algunos de sus destacados cuentos se publicaron en la revista “Mundial”. Periodista, dramaturgo, comediógrafo, fue un escritor de particulares cualidades literarias: superó los límites del regionalismo. Puso en escena obras como: “El Tablado de los Miserables”, y “La Ciudad Misteriosa”.
José Manuel Tapia n. en Huaraz (1869-1909), profesor de matemáticas, fue un émulo narrador. Su obra está desperdigada en periódicos y revistas de Lima, Huaraz y Tacna. Publicó en la revista “La Neblina” de Chocano.
Se puede incluir también en esta reseña los nombres de autores a posteridad de la ínfula literaria modernista en Ancash, ellos son: J. Eugenio Garro (n. en Chiquian ¿-?), Alejandro Tafur Prado (n. en Huaraz 1901-?), David T. Yzaguirre (n. Huaraz. 1907-?), Octavio Araya Soto (n. en Huaraz ¿-?), Teofilo V. Méndez (n. en Huaraz 1895- 1954): escribió cuentos fantásticos a la manera de E.A. Poe, y Antonio Alba Barrenechea (n. en Huaraz, 1895-1954): tal vez el más modernista por su libre ornamento, y literariamente hablando, de todos los modernistas ancashinos.
Bibliografía:
-José María Arguedas: “Mitos Quechuas Pos-hispánicos”. Amarú: Revista de Artes y Ciencias. UNI. N-3. Lima, Julio-Septiembre, 1967. -Pbro. Santiago
Márquez Zorrilla: “Huari y Conchudos”. Monografía. Segunda Edición. 1965.
-Marcos Yauri Montero: “Ganchiscocha”. Talleres Gráficos P.L.Villanueva, Lima, 1961.
-Marcos Yauri Montero: “Warakuy, Nuevas Leyendas Peruanas”.Imp. Minerva, Lima, 1967.
-Marcos Yauri Montero: “Ancash o la Biografia de la Inmortalidad” P.L. Villanueva, Lima, 1972.
-Antonio Cornejo Polar: “Historia de la Literatura del Perú Republicano” Editorial Juan Mejia Baca. 1981.
-Justo Fernández: “Antología de la Tradición y la Leyenda Ancashina”.Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1945.
-Justo Fernández: “Antología de Cuentistas Ancashinos”, Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1948.
-Mauro G. Mendoza: “Ancash: Tradiciones y Cuentos”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Félix Álvarez Brun: “Ancash Histórico”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Aurelio Arnao: “Cuentos Peruanos”.Empresa Editorial Rimac. Lima, 1939.
-Alfonso Ponte González: “allá sobre los Andes”. Cuentos. Imprenta Rimac. Lima, 1952.
-Ernesto Reyna: “El Amauta Atusparia, la sublevación indígena en Huaraz en 1885. Lima. Editorial Minerva. 1930.
-Alberto Carrillo Ramírez: “Luís Pardo “El Gran Bandido””. Lima, 1967.
-Artemio Ángeles Figueroa: “Yungay Tierra Mía”. Talleres Gráficos de la Tip.
“L Ferrocarril”. Lima-Perú. 1954.
-Francisco González:
“Huarás, visión integral”. Ediciones Safari, Huarás-Perú. 1992.
-Alberto Gridilla:
“Huaraz o apuntes y documentos para la historia de la ciudad”. Huaraz. Tipografía “La Época”, 1933.
Armando Arteaga
ITECA:
Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina-Amazonia.
Email: artenupe@yahoo.es
“Julio Cesar Pozo Cueva”
Marca-Recuay-Ancash-Perú.
26-27-28 - septiembre 2008
Ponencia: La narrativa modernista en Ancash
Ponente: Armando Arteaga
Desde el lado más remoto de la historia, la Región Ancash es dueña de una increíble riqueza literaria, pero no descubierta aún por estudiosos del tema y menos por sus nuevos posibles lectores. La literatura en Ancash es bilingüe: en quechua y en castellano.
Las narraciones épicas nos han dejado en la tradición oral personajes como “Ichic Ollco”, “Katekilla”, y el “Warakuy”, seres mitológicos andinos, que están en el imaginario popular, toda una cosmogonía llena de una fantástica belleza, de mitología, y de magia. Arguedas recogió en Vicos un mito quechua poshispánico sobre el origen del hombre contado por un anciano: el mito de Adaneva.
La “tradición” literaria ocupó también el interés de varios escritores ancashinos, desde el maestro Ricardo Palma que dedicó un episodio ubicados en la Villa de San Idelfonso de Caraz: “Las tres etcéteras del Libertador”, y “A muerto me huele el godo”: un caso cuasi policial sucedido en Huaylas.
En la apertura de la “modernidad”: Huaraz va a ser centro de irradiación cultural nacional y cosmopolita donde se da gran actividad periodística y literaria. Después de la frustración de la Guerra del Pacifico y del momento agitado que animó la presencia literaria del anarquismo de Manuel González Prada.
Nuevos aires buscaron las inquietudes literarias de la nueva generación que tuvo en “la Juventud
de Ancash”, una visión diferente de las cosas y del tema literario.
1888 es un año clave para entender este proceso de apertura literaria no solo en la poesía sino también en el cuento modernista, se publica este libro “raro” llamado “Azul” de Rubén Darío, sumo pontífice del “Modernismo Literario en Hispanoamérica”.
Antonio Cornejo Polar en “Literatura en el Perú Republicano” (1981) describe en buena parte este momento literario, que no siempre llegó tardío al país: “Frente al desaliño o cortedad imaginativa de los costumbristas o realistas, frente a la instrumentalizad manifiesta de sus obras, los cuentos modernistas se postulan -primariamente- como obras de arte y proyectan para sí y sobre otras manifestaciones prosísticas una jerarquía que hasta entonces parecía exclusiva de la poesía. De otra parte, en oposición al imperio indiscutido del referente en la narrativa interior, y a su consecuente afán mimético, el cuento modernista privilegia las categorías imaginarias e inserta en ellas la realización de su condición estética. También en contradicción con las normas hasta entonces vigentes, el cuento modernista peruano gusta romper los límites de la alusión nacional, a veces cerradamente regional, para intentar una universalización que en algunas ocasiones se tergiversa en un artificioso cosmopolitismo. La suma de estas notas hace ver que entonces se realiza una profunda renovación de trascendencia indiscutible, en un sector capital de la literatura del Perú”.
La apertura literaria descuento modernista en Ancash empieza con la ruptura de la descripción impresita de la “tradición” como género literario para entrar en una propuesta de mayor capacidad descriptiva de la realidad,, y con un aporte técnico literario de mayor nivel significativo, cuando el cuento asume indiscutible calidad artística y literaria.
Justo Fernández en su ensayo “Los valores de la literatura en Ancash” (1962), y en su “Antología de Cuentistas de Ancash” (1948): que es el más remoto esquema de estudio de la narrativa ancashina, propone una reflexión acertada sobre el desarrollo de esta narrativa. Es la primera actitud “critica” sobre el asunto para ordenar un estudio serio sobre el cuento en Ancash, aún sin distinguir tendencias ni escuelas.
Otro aporte –aparte- que merece reconocimiento, aunque es algo más tardío, es la propuesta de Mauro G. Mendoza u su “Ancash:
Tradiciones y Cuentos” (1958), pero que ayuda a precisar y a estudiar con mayor rigor este panorama de la narrativa ancashina donde se expresa esta tendencia de la narrativa modernista.
Con Celso V. Torres empieza la espontánea “modernidad” de esta “narrativa modernista” en Ancash, introduciendo el planteamiento de las matemáticas y la contabilidad mercantil en la narrativa. Celso V. Torres n. en Huaraz (1859-1918). Amigo y asistente literario de Ricardo Palma, mantuvo una relación epistolar con el tradicionalista. Publicó: tradición, cuento y poesía, además de ejercer el periodismo. Su producción literaria se encuentra esparcida en las olvidadas páginas de “La Prensa de Huaylas”.
Víctor Manuel Yzaquirre n. en Huaraz (1863-1897). Publicó su libro “Fuego Graneado” (1892). Escribió con el seudónimo de “Gambeta” y publicó en la revista “La Juventud en Ancash”, tiende al costumbrismo y al regionalismo. Yzaquirre abre camino hacia la modernidad dentro de la literatura ancashina, es un minucioso observador de su tiempo.
“Fuego Graneado”, o sus diez novelas cortas de costumbres, tienen un valor documental y de desarrollo pictórico dentro de sus escenas literarias.
Aurelio Arnao n. en Huaraz (1868-1940). Escribió: cuentos, novelas, cronicones. Destaca sobre los demás, su libro: “Cuentos Peruanos” (1939).
Aurelio Arnao es un diestro narrador y maestro de la narración terrorífica en el Perú. Nadie como él ha llegado tan lejos en los atributos de este genero de ficción tan moderno y cosmopolita.
José Ruiz Huidobro n. en Vicos-Carhuaz (1885- 1945). Publicó: poesía, cuento, novela: “Sendas Inholladas” (1917), “Aquel Panfletario” (1926), e “Historia de un dolor” (novela). Huidobro despierta los primeros instantes de aquel impulso urbanístico-narrativo de la ciudad de
Huaraz, otra apertura sincera hacia la modernidad.
Ladislao F. Meza n. en Huaraz (1893- 1925). Escribió: cuentos, teatro, novelas, e hizo periodismo en Lima y Ancash. Publicó en “El Comercio” y en “El Tiempo”. Entre sus libros recordados tenemos: “Maria Soledad” (1924), “Vidas Grises” (1925), algunos de sus destacados cuentos se publicaron en la revista “Mundial”. Periodista, dramaturgo, comediógrafo, fue un escritor de particulares cualidades literarias: superó los límites del regionalismo. Puso en escena obras como: “El Tablado de los Miserables”, y “La Ciudad Misteriosa”.
José Manuel Tapia n. en Huaraz (1869-1909), profesor de matemáticas, fue un émulo narrador. Su obra está desperdigada en periódicos y revistas de Lima, Huaraz y Tacna. Publicó en la revista “La Neblina” de Chocano.
Se puede incluir también en esta reseña los nombres de autores a posteridad de la ínfula literaria modernista en Ancash, ellos son: J. Eugenio Garro (n. en Chiquian ¿-?), Alejandro Tafur Prado (n. en Huaraz 1901-?), David T. Yzaguirre (n. Huaraz. 1907-?), Octavio Araya Soto (n. en Huaraz ¿-?), Teofilo V. Méndez (n. en Huaraz 1895- 1954): escribió cuentos fantásticos a la manera de E.A. Poe, y Antonio Alba Barrenechea (n. en Huaraz, 1895-1954): tal vez el más modernista por su libre ornamento, y literariamente hablando, de todos los modernistas ancashinos.
Bibliografía:
-José María Arguedas: “Mitos Quechuas Pos-hispánicos”. Amarú: Revista de Artes y Ciencias. UNI. N-3. Lima, Julio-Septiembre, 1967. -Pbro. Santiago
Márquez Zorrilla: “Huari y Conchudos”. Monografía. Segunda Edición. 1965.
-Marcos Yauri Montero: “Ganchiscocha”. Talleres Gráficos P.L.Villanueva, Lima, 1961.
-Marcos Yauri Montero: “Warakuy, Nuevas Leyendas Peruanas”.Imp. Minerva, Lima, 1967.
-Marcos Yauri Montero: “Ancash o la Biografia de la Inmortalidad” P.L. Villanueva, Lima, 1972.
-Antonio Cornejo Polar: “Historia de la Literatura del Perú Republicano” Editorial Juan Mejia Baca. 1981.
-Justo Fernández: “Antología de la Tradición y la Leyenda Ancashina”.Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1945.
-Justo Fernández: “Antología de Cuentistas Ancashinos”, Huaraz, Ediciones Nueva Era, 1948.
-Mauro G. Mendoza: “Ancash: Tradiciones y Cuentos”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Félix Álvarez Brun: “Ancash Histórico”. Ediciones Peruanos S.A. Lima, 1958.
-Aurelio Arnao: “Cuentos Peruanos”.Empresa Editorial Rimac. Lima, 1939.
-Alfonso Ponte González: “allá sobre los Andes”. Cuentos. Imprenta Rimac. Lima, 1952.
-Ernesto Reyna: “El Amauta Atusparia, la sublevación indígena en Huaraz en 1885. Lima. Editorial Minerva. 1930.
-Alberto Carrillo Ramírez: “Luís Pardo “El Gran Bandido””. Lima, 1967.
-Artemio Ángeles Figueroa: “Yungay Tierra Mía”. Talleres Gráficos de la Tip.
“L Ferrocarril”. Lima-Perú. 1954.
-Francisco González:
“Huarás, visión integral”. Ediciones Safari, Huarás-Perú. 1992.
-Alberto Gridilla:
“Huaraz o apuntes y documentos para la historia de la ciudad”. Huaraz. Tipografía “La Época”, 1933.
Armando Arteaga
ITECA:
Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina-Amazonia.
Email: artenupe@yahoo.es